Jorge habla de sus creencias, de las bondades de ser una persona religiosa. Pero en su intención no está el respetar mis puntos de vista. Y no por maldad suya, sino porque el ser humano es así. A él le gustaría que quizás yo fuera un hombre religioso, y que "pusiera la otra mejilla". En la actualidad, lejos de poner la otra mejilla, le arrancaría la cabeza a quien osara levantarme la mano. Por eso si él no me contrapone sus bondades a las cosas negativas de mi manera de ver las cosas, jamás podríamos intentar cambiar de punto de vista. Y ahí esta la madre del cordero de todo el asunto. Cualquier tolerancia siempre va seguida de la intención, de que el otro interlocutor cambie de opinión. Si fuéramos realmente tolerantes, nos importaría un carajo si la opinión de otro fuera diferente. No trataríamos de acercarle a nuestros postulados. Aceptaríamos tal y como es a nuestro interlocutor, y no trataríamos de hacerle ver, que con bondad no se sobrevive, y que siendo una persona agresiva contra los que te atacan, tampoco. Siempre me gusta poner ejemplos. Pondré algunos que llevan años dándome la razón. Si alguno de vosotros ha podido recibir la visita de un testigo de Jehová, sabréis que son terriblemente explícitos. Que te dan su punto de vista, y yo que he tenido la oportunidad de conocer a alguno, se lo que dicen. "No tratamos de convencerte, sino de que te convenzas" dicen. ¿Convencerme de qué?.. En el mismo instante que tratas de venderme tu "religión" estas faltando a la tolerancia. En el mismo instante en que te conviertes de persona desconocida contra la que no tienes nada, en un cansino y plasta adorador de una deidad en la que no crees, en ese momento faltas a la tolerancia. Tolerancia. Valiente farsa. Los políticos viven de esa farsa. Viven de intentar aplastar al rival solo diciendo lo que hace el rival mal. Puntos de vista tan distantes como izquierdas y derechas, que nunca podrán ser compatibles, pero que tratan de vender como el diablo al rival. Y si no, escuchen una mañana la COPE o la SER. No hay tolerancia en el mundo.
Ni la ha habido ni la hay. Porque ser tolerante es hipócrita y va totalmente en contra de lo que el ser humano representa. Otro ejemplo. El propio cristianismo. Jesucristo pregono la igualdad de todos ante Dios."No puedes servir a las riquezas y a la vez servir a Dios", dijo, a un recaudador de impuestos. En verdad os digo, que la iglesia ha olvidado eso. Pompa y circunstancia en todas y cada una de sus catedrales y en cada celebración. ¿Donde está el voto de pobreza?. Cuanto cinismo hay en esto. O un ejemplo mejor, la lucha obrera. No se ha conseguido que ser un obrero, haya dejado de ser casi una forma de esclavitud, aunque la sea en cierta parte, sin lucha ni sacrificios. Los poderosos no son tolerantes, y nosotros tampoco. Nadie lo es. Yo mismo defiendo esa falsedad de la tolerancia porque critico aquello en lo que mi buen amigo Jorge cree. Somos así... Somos humanos... Por eso, nunca será un mundo perfecto el nuestro, mientras haya gente en el. Os dejo de nuevo con tres nuevas tiras, que espero que os gusten. Hasta la próxima semana.


